El siguiente artículo está escrito por RottweilersEuropa los cuales nos han autorizado para poder publicar esta información. Por ello les damos las gracias. (modificación) se amplia la información con el mismo texto pero de Asociación de Guías Caninos Policías Locales de España. Dicho esto comenzamos.
Seguro que lo has oído mil veces: la visión de un perro es mucho más limitada que, por ejemplo, la de un humano, ya que no distingue tanto los colores. De hecho, a menudo se dice que ven su sentido del olfato, que en comparación está hiperdesarrollado. Y es verdad, el hocico de una lata funciona a través de un mecanismo infinitamente más complejo que el nuestro.
En cuanto hay una ráfaga de viento, su trufa esponjosa ayuda a captar cada aroma que se trae consigo la brisa, para luego registrarlos "en estéreo". Es decir:
cada fosa nasal capta olores por separado,
permitiendo distinguir no sólo de qué fuente provienen, sino dónde está cada una de ellas.
Ya decimos que su olfato está mucho más desarrollado que el nuestro, y efectivamente hay más evidencias que sacan a la luz las bondades de un órgano que funciona como un reloj suizo. Mientras el hombre inspira y expira por el mismo orificio, su amigo cuadrúpedo recoge aire por las fosas frontales, pero lo expulsa por los costados de esas hendiduras, generando movimientos de aire que facilitan la introducción de nuevas moléculas del olor. Moléculas cuya información es procesada por un cerebro mucho más desarrollado que el humano al tener un "bulbo de olor" más grande. Distinguen y recuerdan una gran variedad de olores.
Vamos, que si nosotros somos capaces de oler un perfume y reconocer a quien lo lleve por tenerlo delante en una habitación pequeña, el perro sería capaz de asimilar hasta cada uno de los ingredientes del mismo... estando en medio de un campo de fútbol. Todo tiene un perfil oloroso distinguible para el perro: cada animal, o incluso insecto que esté en un árbol de la calle. Y puede saber tanto dónde está como en qué dirección se está moviendo.
La nariz del perro puede detectar cosas que ni siquiera son visibles: gracias a su órgano vomeronasal, situado sobre el paladar superior de la boca,
detecta las hormonas que todos los animales (humanos incluidos) liberan de forma natural. Eso les alerta de amenazas, les dice si éste o aquél son potenciales amigos o enemigos, avisa estados de ánimo, e incluso permite detectar enfermedades y deducir si está embarazada la mujer que tiene delante. ¿Alguna vez te has preguntado por qué te ayuda cuando estás triste o se enfadan cuando te ven enfadado? Porque tales estados de ánimos desprenden hormonas.
Hay más. Como si no fuera suficiente la ventaja que nos llevan en materia,
¡su olfato viaja en el tiempo! El
pasado
se manifiesta
dejando huellas olorosas tras el paso de alguien, o bien impregnando en su cuerpo aromas de los sitios que ha estado. Y el futuro está en la brisa que transporta consigo olores de quien se esté acercando. Por lo que árboles, esquinas y señales de tráfico se convierten en auténticos diarios para el perro. Le indican quién ha pasado por ahí, qué ha comido...
Ampliación personal.
Viendo el artículo, podemos entender por qué es tan importante que los perros sean capaces de desarrollar su olfato y es por esto mismo que tenemos que dejar que olfateen en los paseos para que puedan recibir información que para nosotros es invisible, pero que para ellos es vital, les estimula, les cansa y les mejora el paseo.
Por otro lado, se puede ver porqué el trabajo de los perros detectores es tan importante y somos conscientes del trabajo que conlleva un buen entrenamiento de estas características. Por ello, queremos felicitar a las personas que enseñan a esos héroes para que detecten todo tipo de sustancias incluidos los perros de rescate, salvamento y recuperación de cuerpos.
También animaros, que si queréis desarrollar al máximo el olfato de vuestro amigo, lo apuntéis a un grupo de trabajo de detección deportiva.
Una vez más, gracias por leerlo.